Un equipo de la UBA analizó entrevistas del ciclo “Edición de Bolsillo” y descubrió que, más allá de la formación, los editores usan un vocabulario muy parecido y más cultural que comercial.
¿Cómo hablan quienes hacen libros en la Argentina? ¿Se nota si pasaron por la universidad o aprendieron el oficio sobre la marcha? Un grupo de docentes e investigadores de la UBA se hizo esas preguntas y analizó 34 entrevistas a editoras y editores de todo el país. Usaron herramientas digitales para contar palabras y detectar patrones en el lenguaje del sector.
El resultado sorprendió: no hay grandes diferencias entre quienes tienen formación académica y quienes aprendieron trabajando. Predominan los términos ligados al costado cultural de la edición —catálogos, autores, ilustraciones— y menos los del costado comercial. El estudio abre la puerta a repensar cómo se forman los editores y cómo se transmite el saber en el mundo del libro.
Acceso al artículo: https://doi.org/10.24215/27187470e068
Lenguaje y formación en el sector editorial argentino
Hebe Mariel Dato, Jésica Stecco, Ana Ximena Cano, Mariana A. Fábrega, Jairo Fiorotto, Jorgelina Passo y Stefhanny Rey
Publicaciones de la Asociación Argentina de Humanidades Digitales, vol. 6, 2025
Este artículo estudia sobre el lenguaje profesional de las y los editores argentinos. Basado en 34 entrevistas del ciclo “Edición de Bolsillo” (2021–2023), el equipo de investigación utiliza herramientas de transcripción y análisis léxico automatizado para explorar cómo se construyen las prácticas editoriales desde la oralidad y qué relación existe entre la formación académica y el vocabulario utilizado en el sector.
El trabajo parte de la hipótesis de que existirían diferencias significativas en el argot técnico entre editores formados en la carrera de Edición (UBA) y quienes aprendieron el oficio de manera práctica. Sin embargo, los resultados muestran que no hay distinciones marcadas en la terminología empleada, y que tanto unos como otros tienden a utilizar un léxico común, sobre todo vinculado al polo cultural de la actividad editorial.
Además de analizar el corpus de entrevistas, el artículo contrasta ese vocabulario con los contenidos mínimos de la carrera de Edición de la UBA, clasificando términos en polos cultural, comercial, mixto y neutro. Se observa que gran parte de la terminología del polo comercial no aparece en las entrevistas, lo que sugiere que las instancias de formación y las prácticas profesionales enfatizan más los aspectos culturales que los de gestión y negocios.
Metodológicamente, el estudio combina la “lectura distante” con software libre (AntConc) y bases de datos para visualizar frecuencias y patrones léxicos. En sus conclusiones, los autores destacan que el lenguaje especializado es clave para la construcción de la identidad profesional del editor y que la carrera de Edición ha cumplido su objetivo fundacional de profesionalizar un oficio, aunque siguen abiertas preguntas sobre la influencia de otros factores —como el tipo de editorial, la región o el género publicado— en la configuración del vocabulario técnico.