Congreso del 9 de julio de 1816
Pintura de Francisco Fortuny

En 1816, en medio de un escenario incierto, las Provincias Unidas rompieron definitivamente con España. La Declaración de Tucumán sentó las bases de la independencia, pero el camino hacia un Estado nacional aún estaba lejos de resolverse.


Luego de seis años de iniciado el proceso revolucionario, a partir de las acciones desplegadas en torno al 25 de mayo de 1810, el 9 de julio de 1816, un congreso integrado por representantes de parte de las Provincias Unidas de Río de la Plata, dispuso declarar la independencia “del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli".

Esta medida representó una ruptura definitiva con el orden colonial y le otorgó legitimidad a la gesta militar que el General José de San Martín estaba por comenzar y que culminaría con la independencia de Chile y Perú.

Es de destacar que la declaración se desarrolló en un contexto internacional particularmente complejo: España se había liberado del dominio francés y el rey Fernando VII había recuperado el trono, reinstaurando una política absolutista con la intención de reconquistar los territorios americanos en manos de los insurgentes. El ejército realista avanzaba por la región, logrando derrotar a buena parte de los movimientos independentistas que habían surgido en 1810. Asimismo, la situación se volvía aún más delicada debido a los constantes enfrentamientos con las provincias que no reconocían la autoridad del gobierno central establecido en Buenos Aires.

En ese escenario, entre los revolucionarios surgió el dilema de capitular ante la corona o intensificar su resistencia frente al nuevo avance realista. La decisión se inclinó por la última opción y en julio de 1816 en San Miguel de Tucumán se reunió el Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas en Sudamérica, que declararía la independencia.

A partir de esa determinación se inició un proceso político que culminaría recién varias décadas después con la integración del Estado Argentino. Los desacuerdos en torno al modelo de país y las diferencias entre Buenos Aires y el resto de las provincias fueron los principales factores que demoraron el proceso. No obstante, todas las iniciativas acordaron acerca del valor de ser un país independiente como elemento fundante de una nación con soberanía política.

José B. Marcilese

UNS-CONICET